Nostalgia...
Hay gente que ya no está en mi vida, no sé por qué. Pasó el tiempo y si me lo preguntan, no sé por qué dejó de estar. Gente que fue parte de mí, de lo que hacía y dejaba de hacer, de lo que planeaba, de lo que me dolía, de lo que me hacía feliz. Nostalgia le llaman, lo sé. También sé que no lleva a ningún lado; no se puede viajar en el tiempo y traer a quienes extrañamos, y que podemos jurar que estamos sintiéndoles en el presente, en éste aquí y en éste ahora. Tampoco sé si realmente quisiera volver atrás. No, de hecho no. Pero de vez en cuando tengo ése sentimiento, así, de la nada. Me invaden preguntas que no sé de dónde salen ni hacia dónde van. Me adormecen, me cuestionan, me angustian, me endulzan, me extrañan, me carcomen, me paralizan, me ilusionan. Por qué o para qué. Y ahora qué es. Y realmente qué pasó. Qué piensan de lo que pasó, sentirán como yo o el dar vuelta la página es tan definitivo que ni se les ocurre releer viejos capítulos.
Hay gente que ya no está en mi vida, no sé si en ése momento me di cuenta de que ya no iban a estar. No sé si yo lo provoqué o si ellas, o si como un mandato del destino, habían terminado su estadía en mi historia. Tampoco sé si en su avanzar estarán las mismas dudas tocándoles la puerta de vez en cuando, cada vez que la soledad les baja las defensas.
Hay gente que ya no está en mi vida y lo cierto es que no sé por qué. Lo que sí sé es que de todas las personas que viven y ya no están en mi vida, siempre termino extrañando con el alma a una sola, a él. Y espero que un día pueda verle de nuevo y que nada sea extraño, odiaría que fuese extraño. Pero en fin, tal vez un día, la gente que forme parte de mi futuro, me haga ver el para qué todos los demás se alejaron y que haya valido la pena.
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