Ser feliz

Me he sentido un poco reflexiva los últimos meses, y por momentos me pregunto ¿tanto he cambiado? No tiene nada que ver con mi aspecto físico, sino más bien con la manera en que me siento, y en verdad me doy cuenta: ¡por supuesto que he cambiado! He cambiado muchísimo en formas distintas y el cambio cuando es interno a veces nos hace sentir que simplemente no encajamos, en ningún lugar, o al menos a mi me pasa. Cambiar es un proceso totalmente crítico, de evaluación personal donde se dejan atrás no solo pensamientos sino hábitos, códigos, conductas, ideologías, y en los últimos años me volví más consiente de mí misma, de mi identidad, de lo que  yo soy, pero sobre todo de lo que yo quiero, me pareció muy sano examinar realmente lo que yo deseo para mi vida y enfocarme AL FIN en lo que yo quiero, revaluándome realmente dónde estoy, el camino que quiero seguir o quizá no, porque también se vale cambiar de plan, pero estar enfocada en mí, en mis deseos, en mis sueños. Y sobre todo dejar de lado la pena y la preocupación por el qué pensará fulanita...

Y es algo difícil porque en medio de la instrospecccion me di cuenta que habían muchos comportamientos y pensamientos que no eran realmente míos sino más bien eran réplicas exactas de comportamientos de mi mamá que ella replicaba de su mamá y así hasta el infinito, los cuales decidí que no quería para mi, y me propuse dejar atrás esos miedos. Dejar atrat esés patrones. y crear los míos .

Quizá la peor parte es dejar de juzgarme, dejar de ser tan crítica conmigo misma y dejar de lado la idea preconcebida de cómo sería mi vida a ésta edad, de cómo otros quieren que mi vida sea. porque no estoy mi cerca de conseguir eés sueño, o quizá sí pero no lo veo, también es difícil dejar de aceptar como ley lo que mi familia quiere o desea, y enfocarme como ya dije en lo que yo quiero, empecé a “desaprender” mi autocrítica severa y cambiarla por el amor propio y la aceptación dejé de lanzarme de lleno a discusiones con quienes no estén de acuerdo con mi cambio, con mi sueños, a no engancharme en discusiones porque no me interesa tener la razón ni mucho menos convencer a nadie de mi nueva visión e particular, opté por querer tener una conciencia con mi entorno totalmente pacífica donde los juicios y reclamos hacia mi se vayan de largo, a veces no lo consigo porque debo aceptar qué hay palabras que hieren y hiieren mucho, pero intento que así sea. 

Y sí, a veces siento cómo si él mundo tiene un complot en mi contra y sé que las condiciones  ideales jamás ser daran de manera ordenada y exacta a mis deseos y caprichos  para alcanzar la felicidad plena, pero hay muchos instantes qué han lenado mai vida estos últimos meses de mucha felicidad, la introspección me sirvió muchísimo para aceptar que tengo tanto por qué estar agradecida, sobre todo porque al final la vida es mucho más corta de lo que imaginamos, los años pasan en un abrir y cerrar de ojos, y si al final me doy cuenta que perdí todo mi tiempo lamentándome y no fui feliz? ¡Me rehuso totalmente! 

Y decidí ser optimista, ver el mundo lleno de colores, y agradecer por todo, lo bueno y lo malo que me llevó a donde estoy ahora: en paz con mi pasado, con mi dolor, con mis carencias, con mis defectos, con mi vida, con el amor, SÍ, con el amor, ése amor que llegó sin avisar, para quedarse, para darme aún más felicidad.

Y es en el aquí y ahora, donde yo al fin me siento feliz, y en el camino correcto para volver mi vida éso que siempre anhelé. 

Ahora es cuando tengo la capacidad de fluir, fluir con el mundo, con el amor y la felicidad. Porque soy yo quien decide qué plantas quiero ver flirecer en mi jardín.

Porque yo decidí ser feliz con lo bueno y lo malo. 
















Comentarios

Entradas más populares de este blog

Te extraño...

Todo pasa...